Isla tranquila que invita a paseos y largas jornadas de playa, Menorca ha sabido evitar las masificaciones propias de los lugares de veraneo y conserva una riqueza natural que le ha valido el reconocimiento de Reserva de la Biosfera por la Unesco. Además, Maó y Ciutadella, junto a los pueblos costeros y del interior, combinan a la perfección su aire sosegado con una rica oferta cultural, gastronómica y de ocio, en especial para quienes viajan en familia.