Hay una Edad Media «fea», intolerante, violenta y pobre, de la que Jacques Le Goff habla sin rodeos. Pero existe también, y sobre todo, una Edad Media «bonita», a la que los niños y jóvenes adoran. Es la de los caballeros y los torneos, los castillos y las catedrales, los juglares y los trovadores, las ferias y las peregrinaciones. Y es que, en definitiva, Europa nació en la Edad Media, época en la que se fraguó la unidad cultural de sus diversos países y lenguas.