Paseando por los mercados repletos de mercancías de Atenas, el filósofo griego Sócrates, solía decir: "Hay que ver la cantidad de cosas... que no necesito." El emperador reía. Los cónsules que le acompañaban le preguntaron de qué. Calígula respondió: "Río... porque pienso que en este preciso instante puedo haceros degollar." Durante el sitio de la fortaleza otomana de Sivas, el conquistador turcomongol Tamerlán prometió no derramar la sangre de sus defensores (eran 3.000, tal vez más), y cumplió su promesa... los enterró vivos. El poeta romántico alemán Heine, de origen judío, escribió: "Allí donde queman libros, acaban quemando hombres". Un siglo después, sus libros fueron quemados por los nazis... Marc Bloch, el eminente historiador francés muerto en un campo de concentración por su participación en la Resistencia, escribió: "La cuestión no es saber si Jesús fue crucificado y luego resucitó. Lo que se trata de comprender es por qué tantos hombres creen en la Crucifixión y en la Resurrección". Este libro es un paseo por la historia sin los trozos aburridos, un recorrido por los siglos de historia de la humanidad a través de anécdotas divertidas e iluminadoras, que proporcionan al lector una amplia panorámica de la historia del mundo recreada con humor y ligereza.