La memoria de un tiempo convertido en ficción. Escrita al dictado meses antes de morir con tan sólo cincuenta años de edad. Saltándose todas las pautas cronológicas de una autobiografía al uso, McCullers sigue el curso espontáneo de las asociaciones de ideas de un soliloquio confidencial. Por deseo expreso de la autora, se incluye el epistolario que durante la Segunda Guerra Mundial mantuvo con su marido, Reeves McCullers. Con prólogo de Elena Poniatowska.