Todos conocen a Sophia Loren, pero pocos conocen a Sofia. Una mujer con una vida muy atormentada y distinta de cómo se pueda imaginar.
Sofia pasó su infancia con sus abuelos en la pobreza, cuando faltaba el pan y se comía hasta los huesos de los albaricoques; su adolescencia estuvo marcada por la difícil relación con su padre, Riccardo, por la fuerte presencia de su madre, Romilda, que volcó en ella sus sueños de actriz, y por su hermana Maria, que creció a su sombra. Hoy se tiende a dar por sentado su éxito y, sin embargo, fueron muchos los sacrificios que tuvo que hacer para alcanzar sus sueños. Como su historia de amor con Carlo Ponti, que hizo correr ríos de tinta y de la que pocos saben cuántas ofensas y sufrimientos le causó.
Ahora Sofia vive en Ginebra, pero, como una verdadera mujer cosmopolita, habitó casas de ensueño en Londres, Nueva York y París. Ha participado en más de un centenar de películas. Ha ganado el Oscar, vestida con harapos, por Dos mujeres, pero lleva trajes de Armani. El maquillaje la ha envejecido hasta los ochenta años en Lady L, pero aún parece hija de aquel personaje que interpretó hace veinticinco años.
Bajo la luz de los focos en cada momento importante de su vida, para todos es como de la familia y, no obstante, solo sabemos de su vida íntima aquello que quiere revelar, en una contradicción entre fama e intimidad que parece haber marcado toda su existencia . Una vida de novela, contada también a través de sus fotos menos conocidas, algunas inéditas.
Un libro para leer de un tirón que arroja luz sobre las verdades ocultas de la vida de Sophia Loren.