Tokio es una ciudad siempre con un pie en el futuro, con paisajes urbanos de ciencia ficción llenos de neones y altísimos rascacielos. Pero también es una ciudad llena de historia, donde se pueden encontrar rastros de la capital del sogún sobre un escenario de kabuki o bajo los cerezos en flor. Es un tapiz de frenesí sensorial inigualable.