Cuando John Waters dio sus consejos a los licenciados de la Escuela de Diseño de Rhode Island, su discurso se hizo viral, en parte por la brillantez y tino con que trataba el tema de ganarse la vida siendo una persona creativa. Con su maliciosa sabiduría, nos insta a abrazar el caos, ser impertinentes y enfurecer a los que nos critican. Para ser creativo, nos dice, el pragmatismo y la disciplina son tan importantes como el talento, y no hay que tenerle miedo al rechazo. Waters aconseja
a los jóvenes que escuchen a hurtadillas, que presten atención a sus enemigos y que nos horroricen con nuevas ideas. En otras palabras, ¡que la líen!
Una llamada a la acción (o a la insurrección) de la mano del John Waters más revoltoso y alborotador.