Estamos vivos porque nos duele el corazón. Esta idea sobrevuela el poemario póstumo de Nacho Montoto, uno de los poetas jóvenes más importantes de España, ganador en su día del Premio de
Poesía Andalucía Joven. Escrito como si fuera a ser interpretado por una orquesta, está dedicado al amor, la luz, la bondad, la belleza, la pérdida y el porvenir. Con un estilo depurado y elegante, certero y siempre brillante, también propugna en este poemario la pluralidad de voces y de disciplinas. Nacho no fue nunca el poeta encerrado en su torre de marfil. Se fue demasiado pronto, pero nos queda su legado.