Markel Zugasti es un joven abogado con instintos depredadores cuyo máximo objetivo en la vida, tanto personal como profesionalmente, es hacer siempre lo que más le conviene, sin ningún tipo de ataduras morales, y aumentar lo máximo posible su cuenta de resultados.
Desgraciadamente para él su vida cambiará cuando, a requerimiento de una vieja amiga, decide hacerse cargo de la defensa de un hombre que ha sido acusado de asesinato, para sorpresa de todos sus allegados que le consideran una persona afable y enemiga de la violencia.
Pese a que su experiencia en asuntos criminales es nula y sus dotes como detective inexistentes aceptará el caso creyendo que se trata de un asunto banal y aparentemente sencillo, hasta que todo empieza a complicarse, poniéndose en juego no sólo su estabilidad profesional sino también su seguridad personal.