España, años ochenta. Surgen como setas grupos de rock con ganas de comerse el mundo. Hay barra libre de caballo y otras sustancias. Muchos rockers veinteañeros se pasean por el lado salvaje al que cantó Lou Reed y coquetean con aquello del vivir rápido, morir joven y dejar un bonito cadáver. Sabino Méndez estuvo allí y sobrevivió para contarlo. Esta es la crónica de primera mano de una década convulsa y creativa, que el autor vivió entre Barcelona y Madrid como integrante de Loquillo y Trogloditas y letrista de algunas canciones que se convertirían en himnos. El libro habla de la gestación del grupo, de las giras accidentadas, de la relación con otras bandas como Alaska y los Pegamoides, Radio Futura, Gabinete Caligari, Siniestro Total, los Burros de Manolo García y Quimi Portet... Y también de la industria discográfica, los locales legendarios, los críticos que se movían alrededor de esa pujante escena musical, las actitudes punk y rockabilly y el mito y la verdad del «sexo, drogas y rock and roll».
Fue una época de rebeldía, genialidades y excesos, una década canalla y prodigiosa durante la que el país se transformó y algunos se asomaron al abismo. Méndez la evoca sin mistificaciones ni
edulcoramientos. Escrito en el año 2000, Corre, rocker merece sin duda ser recuperado: no solo es uno de los testimonios más lúcidos sobre ese periodo, sino también una crónica personal de una extraordinaria potencia literaria.