Lucy Minor, un joven que está dejando atrás la adolescencia y adentrándose en el mundo adulto, se marcha del pueblo entre montañas del que no ha salido jamás. Lo hace después de sufrir un desengaño amoroso y constatar que en ese lugar en el que abundan los rudos gigantones será siempre un marginado. Lleva en el bolsillo una carta con una oferta de trabajo: un puesto de ayudante de mayordomo en el castillo Von Aux.
El ingenuo Lucy se topará con personajes variopintos: un mayordomo dado a filosofar y a la melancolía; una cocinera inepta que no acepta críticas; un aristócrata que cada día envía una desesperada carta de amor sin obtener nunca respuesta; unos peculiares guerrilleros que combaten en las montañas sin saber muy bien por qué; dos ladrones profesionales que ejercen su oficio en los trenes, y Klara, la hija de uno de ellos... Rodeado por esta galería de excéntricos, Lucy indagará en la misteriosa desaparición de su antecesor, descubrirá en el castillo a un ser humano salvaje que come roedores, será testigo de una extraña orgía en la que una tarta se convierte en instrumento sadomasoquista, escuchará algunas historias sobre pérfidos seductores y maestros del engaño y, sobre todo, irá descubriendo las pasiones y pesares del mundo adulto y los vaivenes del amor, que «no es para pusilánimes».
DeWitt toma como punto de partida la novela centroeuropea, los antihéroes de Robert Walser y el universo kafkiano, y los mezcla con un protagonista que parece salido de un slapstick con unas gotas de cine expresionista. El resultado es un Bildungsroman posmoderno, que combina un humor descacharrante con una profunda mirada sobre las incertezas y perplejidades de un joven ante las paradojas de la vida.