¿Para qué sirven las manos de la madre? ¿Para acariciar, cuidar, acoger, según sostienen las interpretaciones canónicas, o más bien para salvar al hijo del abismo de la falta de sentido?
Después de haber analizado en libros anteriores la transformación de las figuras del padre y del hijo en nuestros días, Massimo Recalcati aborda la última pilastra de la tríada familiar. Y lo hace impelido por sus lectores y movido por su propio deseo de ser justo con las madres y reconocerles su papel, esencial e insustituible. Ahora bien, lejos de toda visión simplificadora, para Recalcati la madre es siempre una compleja figura de múltiples facetas, de la que no soslaya ni los lados luminosos ni los oscuros: la madre ángel, pero también la madre cocodrilo; la madre castradora, pero también la que sabe desprenderse de su hijo; la madre narcisista, pero también la que es capaz de guiar al hijo en la adopción simbólica de la vida. Para ello nos presenta una caleidoscópica galería de figuras maternas, extraídas de su experiencia clínica y de la actualidad, pero también de la Biblia, de libros y películas y, en última instancia, de su propia vida, presente aquí como en ninguna otra de sus obras.
Así, nos ayuda a reconocer el perfil de una madre real, no ideal, cuyos mil rostros representan en realidad uno solo, aquel en el que el hijo sabe reconocer el suyo propio. Y, sobre todo, subraya la importancia de no olvidar nunca, en contra de la interpretación patriarcal de la madre asexuada y anulada como mera ama de cría, que una madre nunca debe dejar de ser mujer, esposa y amante, y que la única base posible de una maternidad sana es la feminidad.