Conformada por retazos de memoria, el narrador de esta novela va desgranando los momentos en los que gozó de la frágil propiedad del paraíso, los momentos de una infancia en apariencia inocente y dichosa pero encarnada en el dolor y la incertidumbre. Fernandi y Carmelo son sus compañeros de juegos, y junto a ellos desfila una galería de personajes familiares e inquietantes: Lali, juiciosa profesora particular, el sargento Arruza, la viva imagen del peligro, la Diosa del Rodeo, domadora de bisontes, además del capitán Roden, el cineasta Miguel y el Duende, «el ratero y el rey del tiempo». Poco a poco el protagonista irá perdiendo su paraíso de héroes, novias quiméricas, fiestas familiares, visitas a la capital y muchachas de labios pintados de rojo. Cuando quince años más tarde el narrador regrese a los espacios de su infancia, se dará cuenta de que tiene en sus manos «la llave que abre la casa de la nada»: el paraíso se habrá tornado leyenda.
Con la intención de recuperar para nuestro catálogo su obra narrativa le ha llegado el turno a La propiedad del paraíso, novela aparecida en 1995 y donde el autor demuestra, una vez más, sus deslumbrantes dotes como escritor, conocedor de los ritmos de las frases y maestro en el difícil arte de la adjetivación.