«Entramos y no entramos en los mismos ríos.»
«No conviene que los hijos se comporten ni hablen como los padres.»
«El orden del mundo: un montón de suciedad barrida al azar.»
Dos mil quinientos años después de su muerte, hoy en día resuena con más fuerza que nunca la voz del enigmático Heráclito, el filósofo que se expresaba con sentencias oraculares. Hijo de la familia real de Éfeso, estaba destinado a reinar, pero prefirió el camino del pensamiento libre. Este afán lo llevará a viajar a Babilonia, Sicilia, el monte Olimpo, etcétera. Escribió una única obra, de la que quedan tan sólo un centenar largo de sentencias. Poco más sabríamos si no fuera por el manuscrito encontrado en 1972 por un estudiante de Filosofía de la Universidad de Barcelona. La novela de Pep Coll nos adentra en la obra de un sabio que vivió la infancia del pensamiento occidental, los inicios de la democracia y el primer gran enfrentamiento entre Oriente y Occidente.