Esta novela es una mirada nostálgica a la Historia y a la vida, un homenaje a la Literatura con mayúsculas, y una reflexión sobre los recuerdos que regresan a nosotros cuando todo parece perdido.
«Madrid tenía que volver a ser eterna, y a ello se entregaron todos los madrileños supervivientes; y a los que permitieron sobrevivir. Madrid, siempre épica, se convirtió en una ciudad vencida; y, tras la derrota, muchos madrileños lloraron de rabia y de impotencia. Era el tiempo del final de la guerra y los inicios de mi amor por Elena.»
Un hombre en el ocaso de su vida pasa un último verano frente al mar. Durante esos días de soledad, recuerda aquel otro verano en que su vida cambió para siempre: el de 1939. Fue en los meses siguientes a la entrada de las tropas nacionales en Madrid, en una ciudad derrotada que luchaba desesperadamente por abrirse de nuevo a la vida, cuando el protagonista -entonces un adolescente hermano de un alto cargo de Falange- se enamoró de la hija de un anarquista fusilado...