¿Te has planteado alguna vez qué es lo que nos lleva, en cuanto podemos agarrar un boli, a pintarrajear todo lo que tenemos cerca? ¿Quieres investigar, de la mano de la pandilla de agentes de la historieta, cómo ha sido la historia del arte, desde que a alguien se le ocurrió plantar un garabato en una caverna hasta el Gernika? ¿Sabes lo que es un estilóbato? ¿Puedes responder a la pregunta de qué es el arte? Puedas o no, ¡sígueme, si quieres vivir! (que es lo que dice el peculiar Profe de esta pandilla para dar épica al asunto, ¡y mola!).
Historia del Arte en cómic es el libro que todo aquel que quiera comprender qué es el arte y cuál ha sido su historia debería leer. Y es el libro que cualquier manual sobre historia del arte debería ser. Olvídate de aburridas listas de términos, conceptos, estilos, autores, y vamos a darnos un viaje trepidante por el lado más brillante y más divertido de la historia, ese lado que explica lo que nos lleva a pintarrajear cualquier cosa, y que no es, ni más que menos -bueno, mucho más que menos- que intentar explicarnos a nosotros mismos. El primer volumen de Historia del Arte en cómic está dedicado al mundo clásico, y le darán continuación otros cinco: el mundo medieval, el Renacimiento, la época del Barroco, el siglo XIX y el siglo XX. Completito, ¿no? Su autor, Pedro Cifuentes, es profesor de secundaria, y un apasionado del cómic. La labor de Pedro como introductor y divulgador del uso del cómic con finalidad didáctica ha sido reconocida con el Premio Nacional de Educación para el Desarrollo.
Didáctica, sí, pero cómo decíamos, esto no es un libro de texto -¡ojalá!-, sino un divertidísimo viaje, en el que a una pandilla de adolescentes acompañan toda una serie de secundarios de lujo. En este volumen, harán de guías Leonardo da Vinci, Safo, Heródoto, Homero o la mismísima Atenea de ojos de lechuza, y se pasearán por escenarios que van desde Atenas o Petra, al Museo Británico o Roma. Un lenguaje coloquial, lleno de bromas y juegos, sirve para desarrollar un itinerario trepidante, y van cayendo términos, conceptos, estilos y autores sin que uno se dé cuenta… hasta que acabas sabiendo qué es un estilóbato. Vas pasando páginas, y en una te asalta la Quimera de Arezzo, en otra el David de Miguel Ángel sirve ejemplifica lo que fue el redescubrimiento del arte clásico, más allá te encuentras contemplando la Columna Trajana o deambulando por Micenas, y en la siguiente saltas por Petra o Pompeya. ¿Quién dijo síndrome de Stendhal?
Menos mal que Pedro Cifuentes rebaja el arrebato con grandes dosis de humor y consigue bajarnos los pies a tierra, sino estaríamos como su Isadora de nube en nube. Pero, además, lo bonito de este cómic es que tiene mil y un guiños que harán las delicias de cualquier amante del arte, un juego de intertextualidad gráfica que hace que aparezcan de repente un cuadro de Alma Tadema o los Monty Python. Y sin dejar de lado preocupaciones actuales, como la destrucción del patrimonio, el expolio o el debate sobre la devolución de obras de arte como los mármoles del Partenón. El libro se redondea, además, con un paseo por la Hispania Roma en pantalla panorámica: Tarraco, Segovia, Baelo Claudia, Itálica o Mérida… ¡Una delicia!