Lorenzo, a quien ya conocimos gracias a Diario de un cazador, reemprende su diario tras haberse casado con la Anita. Ahora, unos tíos de ella, residentes en Santiago de Chile, los animan a probar fortuna en América, ofreciéndoles hogar y trabajo. A través de las cómicas anotaciones de Lorenzo, Miguel Delibes nos describe —con desenfadada llaneza y una buena dosis de malicia— los cotidianos incidentes de la pareja, llena de sueños e ilusiones, alternando el relato de las peripecias en Chile con un fino y sagaz análisis psicológico de sus sentimientos de recién casados, de sus piques y enfados, celos y reconciliaciones así como de su gradual desengaño ante la imposibilidad de hacer fortuna.
Diario de un emigrante consagra, si aún quedaban dudas, a Lorenzo como uno de los personajes más compactos y entrañables de nuestra literatura contemporánea.