Tucídides (c.460-c.395 a.C.), miembro de una familia aristocrática ateniense, participó personalmente en la llamada guerra del Peloponeso, que enfrentó a atenienses y espartanos entre el 431 y el 404 antes de Cristo. Sobre la base de su propia experiencia, se propuso escribir la crónica del conflicto, iniciando una nueva forma de historia, que no sólo se muestra exigente en establecer la verdad de los acontecimientos que narra, sino que los sitúa en su contexto, con un realismo político que le permite exponer crudamente la lógica del imperialismo de los vencedores.
El relato llega a su máximo interés en la parte final de la obra, dedicada a la expedición de los atenienses a Sicilia, en que denuncia las incompetencias y las traiciones que condujeron a un desastre final, en una narración de innegable grandeza, que llevó al gran historiador británico Macaulay a sostener que se trataba, no sólo del más grande libro de historia de todos los tiempos, sino de la “cima del arte humano”.