«—Yo intentaré ser lo que él llama una “mujercita”, y procuraré no ser tan tosca e indomable y cumpliré con mis obligaciones en casa en lugar de querer estar siempre en otra parte —explicó Jo, convencida de que dominar su temperamento era una misión mucho más ardua que la de mantener a raya a unos cuantos rebeldes sureños.»
Gracias a la edición de Austral el lector puede acercarse a las aventuras de las cuatro hermanas March a través de la traducción de Gloria Méndez, que recupera el texto de la primera edición de la obra, publicada entre 1868 y 1869, y mantiene intactos el vigor y la contundencia de la novela de Louisa May Alcott.