Nat, un veterano de cuarenta y siete años de los servicios secretos británicos, cree que sus años en la agencia han concluido. Está de vuelta en Londres con su mujer, la resignada Prue. Pero con la amenaza creciente de Moscú, la Oficina tiene otra misión para él: hacerse cargo de una difunta subestación de Londres con un desorganizado grupo de agentes. El único destello de luz en el equipo es la joven Florence, que tiene la mirada puesta en el Departamento Rusia y en un oligarca ucraniano involucrado en oscuros tejemanejes.
Además de espía, Nat es un apasionado jugador de bádminton. Su habitual contrincante de los lunes por la tarde tiene la mitad de años que él. Es el introspectivo y solitario Ed, que odia el Brexit, aborrece a Trump y detesta su trabajo en una impersonal agencia de medios de comunicación. Y, por improbable que parezca, es Ed quien arrastrará a Prue, a Florence y al propio Nat por la senda de la indignación política en la que todos acabarán atrapados.