Como timador profesional, Rowan Petty sabe que la suerte va por rachas. Ahora está viviendo una de las peores: le queda poco dinero y ocupa uno de los escalafones más bajos en una estafa telefónica. Su desastrosa vida personal tampoco ayuda, después de un lejano divorcio que nunca digirió bien y una hija que se niega a verlo tras sentirse abandonada durante años.