Conocíamos bien sus hechos y sus discursos, pero lo ignorábamos casi todo acerca de su personalidad y sus ideas hasta que se descubrió este registro oficial de las conversaciones de sobremesa del Führer con los miembros de su entorno.
Bormann, convencido de que estas ideas iban a ser «de un interés fundamental para el futuro» se ocupó de que, de julio de 1941 a noviembre de 1944, se recogieran con fidelidad las conversaciones privadas en que Hitler hablaba con toda libertad de su vida anterior y de sus luchas, anticipaba sus planes para el futuro de Alemania y del mundo o expresaba sus opiniones acerca de las personas, la religión y la política.
En 1954 se hizo una edición española de este texto, grotescamente mutilada, con un total de 134 cortes que implicaban la supresión de cerca de un centenar de páginas en las que Hitler se refería a España ya a los políticos españoles, a la religión y a la Iglesia.