La sociedad abierta y sus dos principales expresiones institucionales, la democracia liberal y el capitalismo, están en peligro. Al igual que sucedió en los años treinta del siglo xx, la izquierda identitaria y la derecha paleoconservadora socaban sus fundamentos desde el interior, y regímenes autoritarios la amenazan desde el exterior. Ante esta ofensiva, las libertades individuales están en serio peligro por la dictadura de la corrección política impuesta desde la izquierda postsocialdemócrata y la reacción nacionalpopulista de la derecha iliberal.
Las religiones seculares posmodernas del ecologismo al feminismo radical pretenden imponer desde el Estado una moral pública obligatoria dentro de la cual el pluralismo de valores desaparece. La derecha iliberal pretende hacer lo mismo, pero imponiendo su propia concepción de la vida buena. Ambas quieren arrebatar al individuo la capacidad de perseguir sus propios fines, de vivir como desee de acuerdo a sus ideales, creencias y preferencias; ambas destilan un aroma colectivista en el cual las personas pierden las señas básicas de su individualidad. El hombre no se define por lo que es y por aquello a lo que aspira, sino por su pertenencia a un colectivo que dirige y controla su existencia.
Bernaldo de Quirós expone cuáles son los cimientos filosóficos sobre los que se asienta una sociedad abierta; describe el asalto contra ellos realizado desde la izquierda identitaria y la derecha iliberal. Muestra la irracionalidad de sus planteamientos, su carácter neototalitario y autoritario para terminar por recordarnos que el pluralismo de valores es una condición imprescindible para configurar un orden social en el que es posible lograr una convivencia pacífica y constructiva.