En La revolución romana, un clásico de la historiografía del siglo XX, Ronald Syme estudia la transformación del Estado y de la sociedad en Roma en los años del fin de la República y del inicio del Imperio, cuando se produjo «una violenta transferencia del poder y la propiedad». En el centro de este proceso está la figura de Augusto; pero Syme no quiso poner el acento en su personalidad y en sus actos, que analiza críticamente, sino mostrar, a la vez, «las acciones de sus seguidores y partidarios», de la oligarquía gubernamental, convertida en el auténtico protagonista. En el prólogo a esta nueva edición, el profesor Javier Arce señala que este enfoque convierte el libro en «una historia comparada, una historia militar, una historia de las mentalidades que es además política, social, de la administración y del derecho, de la familia, del matrimonio y de la mujer. Historia pura, escueta, fiable».