¿Cuándo un descubrimiento científico se convierte en un hecho ampliamente aceptado? ¿Por qué cuando se producen despiertan tanta controversia y son negados con facilidad? Robert P. Crease, filósofo e historiador de la ciencia, responde en este libro a estas preguntas buscando los orígenes del aparato científico moderno a través de la historia de diez pensadores que, a pesar de la oposición feroz a la que se enfrentaron, contribuyeron a modelar la percepción pública de la ciencia y a forjar una nueva autoridad dominante.
Francis Bacon, Galileo Galilei y René Descartes, en un momento en que la Iglesia Católica ostentaba un gran poder, articularon los primeros discursos que otorgaban autoridad a la ciencia. Giambattista Vico, Mary Shelley y Auguste Comte usaron sus escritos para advertir del peligro que suponía el distanciamiento entre la ciencia y las humanidades. Max Weber, Kemal Atatürk y Edmund Husserl aportaron su perspectiva sobre la compleja relación establecida entre el aparato científico y la sociedad, y Hannah Arendt apuntó nuevas formas de reafirmación de la autoridad científica en un contexto de profunda desconfianza.
Estas historias representan una exploración esencial y oportuna de lo que significa practicar la ciencia por el bien común, así como el riesgo que puede suponer una acción política divorciada de la ciencia para la vida y la cultura humana. Los científicos y el mundo nos ayuda a comprender los orígenes de la retórica anti-científica que se esconde tras algunos discursos políticos actuales y qué podemos hacer al respecto para evitar que el mundo moderno se desmorone.