La base para una ética del siglo xxi se encuentra en las enseñanzas de los hombres y las mujeres sabias que desde la Antigüedad han reflexionado sobre cómo sobreponerse a la fatalidad y vivir una vida virtuosa, en la que los proyectos trascendentes se impongan a los deseos inmediatos.
Víctor Lapuente, autor de El retorno de los chamanes, todo un mapa hacia la sensatez política en un mundo cada día más polarizado, deja a un lado el análisis de los desafíos de la sociedad para centrarse en los de un individuo perdido y angustiado en la era del selfi. Con un estilo claro, trenzando anécdotas históricas y ejemplos didácticos, se lanza a la tarea de rescatar las gemas de esos pensadores clásicos y proponer una ética a la altura de los retos a los que nos enfrentamos.
Enemigo de la autoayuda y las soluciones milagrosas, Lapuente defiende la necesidad de tomar el camino más exigente para alcanzar el equilibrio personal: el que pasa por cuestionarnos a nosotros mismos y nos empuja a rebelarnos contra la pereza, la vanidad y el victimismo. Su Decálogo del buen ciudadano propone diez reglas que se resumen en la necesidad de asumir un peso que, más que hundirnos, nos eleve por encima del vacío.