Cerca de quinientos millones de personas tienen el español como lengua materna, una lengua puente que une a hablantes de más de veinte países repartidos por todo el globo. Tan considerable extensión, unida a una vitalidad extraordinaria, hacen del español un idioma que, manteniendo su unidad, se expresa con variedades y matices propios en cada uno de los países que lo han hecho suyo, con modalidades tan radicales como el lunfardo argentino o el yanito gibraltareño. Por eso, aunque entre nosotros nos entendamos sin mayor esfuerzo, en el día a día esas variantes pueden provocar pequeños desencuentros, situaciones divertidas y curiosas que este libro recoge de la mano de algunos de nuestros autores más representativos de uno y otro lado del charco.