Inmenso y lujoso, el Lusitania, que zarpó de Nueva York el 1 de mayo de 1915, era un monumento al orgullo y el ingenio de la época, el barco civil más rápido. Con el pasaje completo, partió con tranquilidad pese a la atmósfera bélica existente. La idea de que un submarino alemán pudiera hundirlo parecía absurda, un sentimiento del que se hacía eco la naviera: «El Lusitania es el barco más seguro del mar. Es demasiado rápido para cualquier submarino. Ningún navío de guerra alemán puede llegar a él ni acercársele».
Hacia las dos de la tarde del 7 de mayo, el buque recibía el impacto de un torpedo disparado por un submarino alemán. En apenas veinte minutos se hundió y hubo 1.200 muertos, la mayoría ciudadanos norteamericanos. Esta tragedia fue utilizada por la prensa para crear un clima de opinión propicio a la participación en la guerra. Pero ¿cuál es la verdad sobre este hundimiento? ¿Fue un hecho orquestado para justificar la entrada de Estados Unidos en la Gran Guerra? ¿Iba cargado con material explosivo para Gran Bretaña? ¿Pudo haberse evitado un desastre como este?
Con un rico elenco de personajes y un planteamiento original, Lusitania permite a los lectores experimentar el viaje y la tragedia en tiempo real, así como descubrir detalles íntimos que habían quedado ocultos por las neblinas de la historia.