Las madres suelen ser las primeras en relacionarse con sus bebés, y lo que aprenden es a la vez muy normal y muy difícil. Este libro, tranquilizador y reconfortante, examina los logros y los retos que deben afrontar las madres, desde la vuelta al trabajo, el rol del padre en la crianza o el valor de los encuentros con otras madres para compartir y resolver problemas y preocupaciones.
Con empatía y calidez, Naomi Stadlen nos muestra que aprender a ser madre es un proceso que toma su tiempo, y también una experiencia que puede ser maravillosa y transformadora. Y además apunta en una dirección: si la mayoría estamos de acuerdo en que la crianza es algo esencial, la sociedad debería encontrar un modo de recompensar el increíble trabajo de las mujeres que la llevan a cabo.