Entre la numerosa bibliografía existente sobre la Inquisición española, la presente obra sintetiza de manera magnífica lo que el Santo Oficio ha significado en la historia de España y su interrelación con la misma. Concebida en su origen como un medio de la Iglesia católica para luchar contra la herejía, la autorización papal en 1478 a los Reyes Católicos para que nombraran a varios inquisidores supuso el inicio de la actividad de esta institución y de las peculiaridades que su actuación ha tenido en España: su subordinación al poder de la monarquía hasta su definitiva desaparición en 1834 y su carácter de permanencia. José Martínez Millán analiza su evolución, su organización interna (jurisdicción, organización económica), su actuación procesal ante los delitos en los que era competente (herejías, brujería, masonería...) y su relación con una sociedad que, en defensa de sus intereses, demandaba su actuación. El resultado es una obra fundamental en el conocimiento de esta institución, lejos de los prejuicios, estereotipos y dogmatismos con los que en numerosas ocasiones se aborda su estudio.