«Tan sólo en el primer año, Las amistades peligrosas conoció nada más y nada menos que once ediciones, varias de ellas piratas. Todo un éxito que tuvo sin embargo mucho que ver con el escándalo que causó la obra: a lo largo de su siglo pero también del xix, los tribunales se prohibió la publicación de la novela por inmoral. Pero, a la vez, despertó un enorme interés del público por ella: todos querían leer aquel libro que contaba lo que no se debía contar.
»Crítica y perversa, ambigua en su condena moral, extraordinariamente bien escrita utilizando con una magistral complejidad la forma epistolar —muy de moda en las novelas de su tiempo—, Las amistades peligrosas se ofrece al lector como una obra maestra de asombrosa actualidad, en ese retrato implacable de víctimas y verdugos que, por desgracia, siguen componiendo —¿y cuándo no?— nuestro mundo contemporáneo.»
Del prólogo de Ángeles Caso