En 1988 Peter Lindbergh fotografió en una playa de Malibú la serie White Shirts, imágenes que ahora se conocen en todo el mundo. Tan sencillas como influyentes, estas fotografías nos presentaron a Linda Evangelista, Christy Turlington, Rachel Williams, Karen Alexander, Tatjana Patitz y Estelle Lefébure. Esto marcó el comienzo de una era que redefinió la belleza. Lindbergh continuó cambiando el panorama de la fotografía de moda durante las décadas siguientes.
Este libro reúne más de 300 imágenes de cuarenta años de la carrera de Lindbergh. Traza los ecos cinematográficos y el enfoque humanista del fotógrafo alemán, que dieron como resultado imágenes tan seductoras como introspectivas.
En 1980, Rei Kawakubo pidió a Lindbergh que hiciera las fotografías de una campaña de Comme des Garçons, una de sus primeras incursiones en la fotografía comercial. Kawakubo le dio carta blanca. Los años siguientes se sucedieron las colaboraciones con los nombres más venerados de la moda, de las que nació una relación de reverencia mutua; el respeto de Lindbergh por algunos de los mejores diseñadores de nuestro tiempo es palpable en sus retratos. Entre los fotografiados se encuentran Azzedine Alaïa, Giorgio Armani, Alber Elbaz, John Galliano, Jean Paul Gaultier, Karl Lagerfeld, Thierry Mugler, Yves Saint Laurent, Jil Sander y Yohji Yamamoto.
Considerado por muchos un pionero en su campo, Lindbergh eludió los estándares de belleza de la industria para celebrar la esencia e individualidad de las personas a las que fotografiaba. Fue una figura fundamental para el surgimiento de modelos como Kate Moss, Naomi Campbell, Linda Evangelista, Cindy Crawford, Mariacarla Boscono, Lara Stone, Claudia Schiffer, Amber Valletta, Nadja Auermann y Kristen McMenamy.
La influencia de Lindbergh también llegó hasta Hollywood y más allá: Cate Blanchett, Charlotte Rampling, Richard Gere, Isabelle Huppert, Nicole Kidman, Madonna, Brad Pitt, Catherine Deneuve y Jeanne Moreau aparecen en sus obras. Desde la imagen elegida por Anna Wintour para la portada de su primer número de Vogue hasta la legendaria foto de Tina Turner en la Torre Eiffel, nunca es la ropa, la fama o el glamour lo que protagoniza la escena en una fotografía de Lindbergh. Todas las imágenes transmiten humanidad y una sensación de claridad emocional, una melancolía silenciosa y conmovedora que es única e inequívocamente Lindbergh.
Desde el comienzo de su carrera, Lindbergh era conocido en el mundo del arte contemporáneo: sus fotografías se exhibieron en galerías mucho antes de que aparecieran en revistas. Esta edición presenta una introducción actualizada, adaptación de una entrevista realizada en 2016, que permite entrever la mirada de Lindbergh, en la que el fotógrafo relata sus primeras colaboraciones, la frágil relación entre el arte comercial y las bellas artes, y el poder de la narración de historias.