Desde que en 1962 viajó a América Latina por primera vez, Eric Hobsbawm mostró un interés apasionado por aquellas tierras, «donde la evolución histórica se producía a gran velocidad» y podía ser observada en el curso de una vida. De aquí que dedicase gran parte de su obra a estudiar unas gentes y unos países que pensaba que podían ser el próximo escenario de una revolución. A su muerte, en 2012, dejó encargado que se hiciese una compilación de estos estudios, una tarea que se ha encomendado al profesor Bethell, quien ha reunido aquí los recuerdos de sus viajes, los estudios sobre la persistencia del feudalismo, sus retratos de los campesinos como rebeldes y como revolucionarios, su visión de las revoluciones de México, Cuba y su punto de vista sobre la peculiar revolución militar de Perú, sobre la violencia en Colombia y sobre el Chile de Allende como esperanza y tragedia.