Constantinopla, año 389. Una soleada mañana de marzo una larga comitiva sale de la iglesia de los Santos Apóstoles portando un féretro. Su destino, Carranque. A la cabeza, Achantia, la viuda, cumple la última voluntad de su marido: regresar a Hispania.
Así comienza esta novela en la que Bernabé Mohedano recrea la vida y el larguísimo viaje de uno de los hombres más influyentes del Imperio y mano derecha del emperador Teodosio, Materno Cinegio, quien murió cuando iba a ser elevado a cónsul de Oriente.
A su lado, durante su azarosa vida, junto a personajes de indeleble calado histórico como Agustín, Dámaso, Prisciliano, Valentiniano, Ambrosio, Hipatia, Libanio o el mismo Flavio Teodosio, recorremos el Bajo Imperio romano. Somos testigos del gusto y lujo de la época; las guerras en África, Persia, Britania, el Rin o el Danubio; las constantes intrigas de palacio; el asentamiento del cristianismo niceno como único credo oficial, la persecución de los herejes; el encaje de hunos y godos en el ejército romano o la consolidación de Teodosio como único amo del mundo hasta que dividió el Imperio entre sus dos hijos.
Cinegio fue un hombre poderoso cuyo legado todavía pervive, pero que no pudo acabar sus días en su fabulosa villa hispana y fue su esposa la que cumplió su deseo de volver a Carranque.