En un mundo donde cada día se levantan nuevos muros y la confrontación política se vuelve cada vez más acalorada, el llamado neoliberalismo se ha convertido en el enemigo común que une a derecha e izquierda, populistas y demócratas, reaccionarios y progresistas.
Ya se trate de la deslocalización de empresas, de la inmigración masiva, de la precariedad laboral o de la propagación de la COVID-19, el culpable es siempre el mismo: el libre mercado y el capitalismo.
El neoliberalismo se esgrime como chivo expiatorio y se caricaturiza como un sistema económico, mediático y político gobernado en secreto por una élite de especuladores sin escrúpulos escondidos tras sus terminales mediáticas, que llena los bolsillos de una selecta minoría mientras acaba con todas las protecciones sociales. Y, consecuentemente, la solución a estos males siempre será la misma: más leyes, más controles y, por lo tanto, más Estado.
Alberto Mingardi desmonta estas creencias infundadas y demuestra que el neoliberalismo no es el enemigo. Mingardi ridiculiza el mito del mercado tiránico y dominante, con un recorrido por la historia que evidencia que, en la última década, ha habido menos políticas neoliberales de las que se cree.
Y que esto, paradójicamente, supone un problema, porque a ese escaso neoliberalismo que ha habido le debemos las mayores cotas de crecimiento y prosperidad. Mingardi demuestra que las políticas neoliberales son menos comunes de lo que se cree y más beneficiosas de lo que se piensa.