Un relato ilustrado con la sensibilidad y brillantez de Carme Riera, Premio Nacional de las Letras 2015.
«Fue entonces, mientras espiaba aquella escena de amor, cuando la sirena voladora comenzó a estar segura de que tener brazos era mucho mejor que tener alas, porque las alas no permitían frotar piedras para obtener fuego, ni acunar criaturas ni jugar a pillar. Pero aún más que todo eso, siendo tan importante no lo era tanto si lo comparaba con la principal de sus funciones: permitir que dos seres se abrazaran hasta confundirse y fusionarse».
¿Brazos para acariciar o alas para volar? La protagonista de este relato es una joven y curiosa sirena con alas en lugar de cola. Tras años viviendo recluida en una isla paradisíaca, regida unícamente por una autoridad femenina, decide huir y ver mundo. La aventura la lleva a parajes que nunca vistos por las sirenas y a descubrir a los humanos...
En esta recreación tan actual como personal, Carme Riera vuelve a inspirarse en una figura mítica como pretexto para explorar las múltiples formas, implicaciones y contradicciones de la sensualidad y el deseo de las mujeres.
Un relato ilustrado por Silja Goetz