Montenegro es un país con unas vistas increíbles, casi inverosímiles, desde las escarpadas montañas del norte hasta las cerúleas aguas del sur, pasando por cada uno de sus pintorescos e históricos pueblos y ciudades. Pese a su reducido tamaño, las posibilidades que ofrece al viajero son infinitas: rutas de senderismo por sus inigualables parques naturales, como el Parque Nacional de Biogradska Gora o el Parque Nacional de Durmitor; deportes de aventuras en el espectacular cañón del Tara o tranquilos paseos por sus apacibles ciudades amuralladas como Budva o Ulcinj. Rodeada de naturaleza por todos sus costados, Montenegro cuenta con una belleza salvaje única que no dejará indiferente a nadie. Su gastronomía es un lujo y el viajero no puede dejar de probar, tanto en la costa como en el monte, los platos preparados con productos frescos y locales.