Malasanta nace y crece en el prostíbulo de doña Expiración, en el municipio rural de La Ciénaga, donde ejerce su madre, Dámasa la Tuerta, y donde aguarda hasta tener la edad suficiente para seguir sus pasos; la que se presenta como su única alternativa. Tras más de media vida ejerciendo, consigue huir del lupanar y llegar a la ciudad donde poco a poco culminará su declive. La novela ofrece seis instantáneas de la vida de Malasanta, a las edades de 5, 15, 25, 35, 45 y 55 años, puesto que la prostituta es una mujer y son seis, y cada una de ellas es la consecuencia de las anteriores. Antonio Tocornal ha escrito un retrato perturbador e hiperrealista de la cara más sórdida del ser humano, narrado sin filtros ni autocensura, que trata de forma descarnada algunas realidades que incomodan pero que existen en nuestra sociedad y que afectan a grandes olvidados: la prostitución como esclavitud, la sexualidad de las personas con discapacidades físicas o psíquicas, la transfobia, la soledad de los ancianos y la vulnerabilidad de los indigentes.