Para la felicidad, el coraje, la sabiduría y, sí, también para el amor, tuve varios maestros… Y todos eran gatos.
Los gatos aparecen por alguna razón en nuestras vidas, siguiendo mapas inescrutables que solo ellos conocen. Eva lo sabe, todos los gatos que ha tenido se han presentado como ángeles felinos, en el momento adecuado, para marcar puntos de inflexión o curar heridas. Así, cuando por diversas circunstancias se encuentra lejos de su hogar en la Toscana y de sus seres queridos, atrapada por una pandemia que encierra a todos, y la soledad y la incertidumbre comienzan a invadir sus días, de nuevo es un gato quien acude en su ayuda.
En un mundo silencioso e inmóvil, como envuelto en un hechizo, Gato la guía a través de un laberinto de balcones y le descubre un microcosmos inesperado. Gracias a él, Eva cruza las enmarañadas, tiernas y románticas historias de vidas suspendidas como la suya. Es Gato quien le enseña a hacer que cada momento cuente, a conocerse mejor, a amarse de verdad. Y a apreciar la libertad como nunca antes.