Año 2019. A pesar de sus reticencias iniciales Goiko, que ahora ejerce como detective privado, accede a participar como asesor en una película que se rueda en Bilbao, basada colateralmente en los no resueltos “crímenes de la cruz flechada”. A pesar de ser consciente de que pueden removerse viejas heridas, Goiko confía en que pueda servir como coartada para reabrir un caso en el que no ha dejado de pensar en los últimos veinte años. Para ello contará con la providencial ayuda de una joven ertzaina que no participó en su día en la investigación y que, por lo tanto, está en condiciones de aportar una nueva mirada a lo acontecido.
Una trama muy bien llevada, en un escenario que conoce a la perfección, Bilbao, con un lenguaje que conjuga la sobriedad narrativa y la ironía, hasta llegar a un final inesperado.