La majestuosidad de París es muy inspiradora pero más fascinante aún es su intimidad. Sus quartiers (barrios) son como un mosaico de pueblos y, aunque es una de las metrópolis más grandes del mundo –con toda la cultura y las comodidades que ello conlleva–, las tiendas, los mercados y los cafés locales conservan su esencia de barrio, que no ha cambiado desde decenios. Y como cada quartier evoluciona sin perder su personalidad, en cada nuevo viaje a la Ciudad de la Luz el viajero descubrirá y redescubrirá maravillosos rincones ocultos.