Basada en hechos reales, esta es la historia de Nadia, una chica que luchó por su libertad y sobrevivió a la guerra y al régimen talibán en Afganistán.
«Mi madre grita mientras retira, con manos frenéticas, los trozos de yeso y de cemento que han caído sobre mí. Llenos de pánico, sus ojos buscan algún indicio de vida en mi cuerpo de ocho años.
»Acaba de caer una bomba en casa. Y ella se lanza a apagar con su cuerpo las llamas que encienden el mío, con un abrazo que pretende darme de nuevo la vida. Ignora que ella también se está quemando, que es una mujer gruesa y poco ágil; ignora el humo y los cascotes, y me saca en brazos, y en pocos segundos, de lo que podría haber sido mi tumba. Sólo después de verme fuera de allí, y de comprobar que aún respiro, a mi madre la abandonan las fuerzas. Entonces empieza a temblar descontroladamente y a repetir mi nombre, como si jamás pudiera parar: “Nadia, Nadia, Nadia, Nadia.”
»Será la última vez que mi madre me llamará Nadia en nuestra casa de Kabul. Cuando volvamos a tener una, yo seré el hombre de la familia.»