Su preciosa arquitectura al borde de los canales es un reclamo para todo el mundo. Sus locales jenever (ginebra neerlandesa), bruin cafés (tabernas tradicionales) y museos repletos de obras de los grandes maestros, permiten al viajero disfrutar de esta ciudad de espíritu libre que acoge en un pequeño espacio, una increíble variedad de culturas. Se puede recorrer cómodamente en bicicleta como un verdadero local y su amplio panorama gastronómico tiene opciones para todos los gustos.