Con su núcleo medieval gótico casi intacto y centenares de castillos repartidos por todo el territorio, la ciudad de Praga, en pleno corazón del antiguo Imperio austrohúngaro, se ha convertido en una de las ciudades más populares de Europa. Su espectacular arquitectura gótica atrae a todo aquel que se aventura a perderse por las callejuelas empedradas hasta la Plaza de la Ciudad Vieja, donde podrá disfrutar de la mejor cerveza del mundo mientras admira las vistas privilegiadas de la Catedral de San Vito. No puede abandonarse la ciudad sin haber cruzado el río Moldava por el Puente Carlos. La República Checa está repleta de enclaves bonitos en sus tres históricas regiones: Bohemia, Moravia y Sileca. En ellas se esconden deslumbrantes castillos, ciudades balneario del siglo XIX llenas de encanto, sorprendentes formaciones de arenisca y casas renacentistas y barrocas.