Una de las novelas más importantes y portentosas de la literatura universal.
Escrita en cincuenta y dos días, a una media de veinte páginas diarias, La Cartuja de Parma es una novela excepcional, una novela avanzada a su tiempo, en la que muchos han visto lo que podría ser el testamento espiritual de un autor único, adorado por Calvino y Lampedusa, y en la que aparecen íntimamente imbricados sus anhelos, sus ensueños, la cristalización amorosa, los bellos paisajes, Napoleón, Italia.
Hijo menor de una familia aristocrática italiana, Fabricio del Dongo, fascinado por Napoleón, sueña con reunirse con él en Waterloo, justo en el momento en que da comienzo la batalla. Sin embargo, concluida la gesta napoleónica, nuestro joven héroe no seguirá la carrera de las armas a la que aspiraba, sino que consentirá en ser prelado, con bastante desenfado, puesto que su objetivo esencial continuará siendo la caza de la felicidad, o sea, el amor.
Esta obra constituye un auténtico islote en la novelística de su tiempo, no en
vano Stendhal la dedica a los happy few.