Autodidacta en gran medida, Francis Bacon (1909-1992) desarrolló una habilidad única para transformar impulsos interiores e inconscientes en formas figurativas y composiciones intensamente claustrofóbicas.
Ganó notoriedad en el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial y convirtió el cuerpo humano en su tema simbólico, que representa desfigurado, distorsionado y desmembrado, como si se retorciera y lamentara con una intensa carga emocional. Sus retratos fascinantes y a menudo grotescos, con extremidades que se sacuden, huecos y protuberancias monstruosas, además de estudios de los personajes son reflexiones sobre los desafíos y los traumas de la condición humana. Estas formas perturbadoras han sido también las primeras en manifestar una evidente temática homosexual en la historia del arte.
Este libro presenta la obra erótica, inquietante e inolvidable de Bacon, un trabajo transformador con frecuencia emulado, muy analizado y, sobre todo, sentido.