Levaduras, mohos y líquenes están más emparentados con los seres humanos que con las plantas; de hecho, compartimos con ellos casi una cuarta parte de nuestros genes. Y aunque abundan en el aire que respiramos y el polvo que pisamos, apenas sabemos nada sobre cómo viven o por qué son tan esenciales para toda la vida de la Tierra.
A través de pasajes sumamente gráficos, Keith Seifert describe cómo los hongos liberan el carbono de las plantas para hacer que sea accesible al resto de organismos, cómo ayudan a transmitir información entre árboles y a fabricar medicamentos que nos cambian la vida. Con ellos fermentamos cervezas y vinos y añadimos el sabor umami y vitaminas del complejo B a los alimentos que consumimos. Y, sin embargo, las enfermedades y toxinas fúngicas también matan a más de un millón de personas cada año.
¿Cómo mejorar el equilibrio que debemos mantener con estos primos microbianos? El reino escondido anima a conocer mejor la compleja relación que mantenemos con los hongos y a planificar nuestro futuro teniéndolos siempre en cuenta.