En 1870, el enfado de Cézanne (1839-1906) ante los sucesivos rechazos del Salon parisino a su trabajo acabó en advertencia: «Reirá mejor quien ría el último». Tomó dos guías seguros, Hércules y Moisés. Y buscó sin desaliento dotar a su arte de una base ética y conseguir «la lógica de las sensaciones...
En 1870, el enfado de Cézanne (1839-1906) ante los sucesivos rechazos del Salon parisino a su trabajo acabó en advertencia: «Reirá mejor quien ría el último». Tomó dos guías seguros, Hércules y Moisés. Y buscó sin desaliento dotar a su arte de una base ética y conseguir «la lógica de las sensaciones organizadas». Arte, ciencia, literatura y filosofía recorren cada momento de su paciente trabajo. Para descifrar su objetivo: «la verdad en pintura». Y para ello diseñó un triple programa: escrúpulos ante las ideas, sinceridad ante uno mismo, sumisión ante el objeto. De modo que en la mente de Cézanne se registró una biblioteca imaginaria en tres volúmenes. El primero contenía la creencia de que tenía un proyecto, un camino, y que bastaba con seguirlo sin desfallecer. El segundo era un ensayo sobre el mundo moderno en el que se declaraba que éste era un lugar desgarrador pero que, sin trascenderlo, todo trabajo era inútil. El tercero revelaba que la realidad de su nacimiento y su formación lo colocaba en ventaja sobre los artistas y escritores parisinos de su tiempo, para imponerles un ritmo que superaba todo entendimiento. Charles Bigot escribió: «Cézanne puede desafiar a sus compañeros, ninguno lo igualará. Él golpeó primero los límites de la intransigencia». Liliane Brion-Guerry se sorprendió ante los descubrimientos del pintor de Aix: «Un logro tan raro y que parece evidente no se adquiere más que al precio de mucha ciencia, renuncia y humildad». Y concluye: «Cézanne ha desmontado literalmente el espacio. Lo sustituyó por un campo de tensiones, estallidos, rupturas, reencuentros, modulaciones». El aforismo del pintor nos pone en guardia: «El arte es una religión. Su finalidad es la elevación del pensamiento». Humildad, admitió Cézanne al decir: «El cerebro del artista es como una placa sensible con una receptividad. Un largo trabajo, la meditación, el estudio, la han preparado. Una meditación constante sobre los procedimientos de los maestros más el medio en el que nos movemos ... el sol ...el azar de los rayos ... ¿quién pintará jamás eso? ... Somos simplemente un poco de calor solar almacenado ... un poco de fósforo que arde en las meninges del mundo». Un modo de actuar y sentir que tiene elocuentes resultados. Y consecuencias. Las conocemos.
Aquest lloc web emmagatzema dades com galetes per habilitar la funcionalitat necessària de el lloc, inclosos anàlisi i personalització. Podeu canviar la seva configuració en qualsevol moment o acceptar els paràmetres per defecte.
Les galetes necessàries ajuden a fer una pàgina web utilitzable activant funcions bàsiques com la navegació a la pàgina i l'accés a àrees segures de la pàgina web. La pàgina web no pot funcionar adequadament sense aquestes galetes.
Personalització
Les galetes de personalització permeten a la pàgina web recordar informació que canvia la forma en què la pàgina es comporta o l'aspecte que té, com el seu idioma preferit o la regió en la qual vostè es troba.
Anàlisi
Les galetes estadístiques ajuden als propietaris de pàgines web a comprendre com interactuen els visitants amb les pàgines web reunint i proporcionant informació de forma anònima.
Marketing
Les galetes de màrqueting s'utilitzen per rastrejar als visitants en les pàgines web. La intenció és mostrar anuncis rellevants i atractius per a l'usuari individual, i per tant, més valuosos per als editors i tercers anunciants.