Un fascinante viaje post-apocalíptico hacia la desaparición del ser humano de la faz de la tierra.
«Poderoso, enigmático, imaginativo y tratado con maestría… Uno de los mejores intentos modernos de describir el infierno», The Washington Post.
«Recuerda en muchos sentidos a 1984 de Orwell. Auster crea en estas páginas un lugar tan real que podría ser nuestro propio país, tal vez nuestra propia ciudad», The Atlanta Journal Constitution.
«Una breve obra maestra», Sunday Telegraph.
«Una fábula fascinante y onírica sobre una sociedad peculiarmente reconocible», Publishers Weekly.
«Esta novela implacablemente abstracta se mantiene, sin embargo, arraigada en el mundo cotidiano y, por lo tanto, resuena como verdad moral e histórica. Un logro asombroso», Kirkus Reviews.
«El país de las últimas cosas es el futuro distópico de Paul Auster; una novela tensa y cautivadora, tan desgarradora e intelectualmente lúdica como Beckett», Time Out.
En el país de las últimas cosas todo tiende al caos, las calles desaparecen y ya no hay nacimientos. Anna Blume cuenta en una carta lo que sucede allí: llegó para encontrar a su hermano William y descubrió una tierra en la que la búsqueda de la muerte ha reemplazado a los avatares de la vida. Para sobrevivir, Anna se convierte en una recolectora de objetos del pasado que vende a cambio de comida y refugio. Pero también encontrará esperanza en este mundo desolado.
Maravillosa incursión de Paul Auster en el terreno de lo distópico, su aportación al género es tan inquietante como bella. Ambientada en un futuro distante pero turbadoramente reconocible, nos envuelve en una atmósfera al mismo tiempo tensa y fascinante; un lugar en el que resuena más fuerte que en ningún otro sitio la pregunta de qué es lo que nos hace realmente humanos.
Auster de nuevo ponía al límite su talento con un texto «poderoso, enigmático, imaginativo y tratado con maestría… Uno de los mejores intentos modernos de describir el infierno» (The Washington Post), un reto imaginativo y formal que acabó cristalizando en «una breve obra maestra» (Sunday Telegraph).