UN VIVO FRESCO HISTÓRICO SOBRE LA VIDA DE LOS CIUDADANOS DE UN IMPERIO
A principios del siglo II d. C., Roma era el centro del mundo occidental. Allí eran evidentes el esplendor, el lujo y la belleza, pero también los aspectos más desagradables de la vida en una gran urbe. En esta gran obra, que marcó un antes y un después en los estudios latinistas, Jérôme Carcopino consigue trasladarnos a la Ciudad Eterna para vivir una jornada habitual y conocer, por un lado, a sus gentes, sus olores, sus sonidos y sus espacios familiares; y, por otro, su empleo del tiempo, tanto funcional como de ocio.
Para esta lúcida y apasionada reconstrucción de un momento histórico, Carcopino se apoya en autores clásicos de la época, como Petronio, Juvenal, Marcial o Plinio el Joven, además de infinidad de inscripciones arqueológicas y textos de todo tipo escritos entre los siglos I y II. El resultado es uno de los retratos más realistas que se han hecho de Roma.